El dinero es uno de los bienes más preciados. Sin embargo, en estos últimos años…
Actuar contra la crisis mediante deuda y los prestamos particulares
La situación actual es bastante desoladora. Estamos en una etapa bastante frágil debido a la crisis económica y, por ello, muchas familias se sienten desprotegidas, sin recursos y sin fuerzas para poder sobrellevar la situación y salir adelante.
Estamos ante una encrucijada en las que se ponen en duda cuestiones no solo económicas y políticas sino morales debido a la gestión que se está llevando a cabo con todo este asunto. Desde el 2008 estamos sumergidos en medio de un océano en el que, a día de hoy, no hay garantías totalmente firmes y veraces que acrediten y avalen nuestra salida a flote.
Ante esta situación tan alarmante que está generando una inestabilidad social, moral, política, económica e individual muchos intentan encontrar pequeños botes salvavidas con los que salir más o menos a flote ante pequeños o grandes imprevistos. El cierre de grifo de bancos ha hecho que crezcan ciertas entidades que se dedican a proporcionar préstamos particulares en un click facilitando así a quienes lo necesitan recursos económicos.
Los préstamos sin nómina son un caramelo bastante jugoso para aquellos que necesitan de forma urgente un sustento económico debido a un bache o a un imprevisto. Las facilidades que proporcionan las entidades que ofrecen estos servicios son uno de los grandes atractivos puesto que a día de hoy los requisitos que estipulan los bancos para ofrecer crédito son bastante desmesurados y no hacen justicia con la realidad social de nuestro presente.
Los efectos de la crisis son devastadores y las graves consecuencias que se están gestando acabarán culminando en graves secuelas en nuestro futuro. La inestabilidad y el desequilibrio social es uno de los factores de más riesgo pues se está poniendo de manifiesto que centenares de familias están en riesgo de exclusión social quedándose incluso sin recursos para poder comer o pagar un techo en el que vivir.
La precariedad y los recortes –sanidad, educación, ayudas…- son medidas aplicadas por nuestro gobierno en las que aseguran que son necesarias para poder salir adelante. Además, la subida de impuestos y los cambios interpuestos en la reforma laboral son la guinda que colmó el vaso. La situación que vivimos es bastante desastrosa y prueba de ello es la ausencia de infraestructuras para los más necesitados y la nula mejora del país.
La crisis no es tan solo un proceso que afecta a la economía sino que afecta al desarrollo social, político y democrático de los colectivos. Estamos ante una alarmante situación en la que estamos permitiendo que se repitan errores una y otra vez sin actuar ni exigir cambios.
Debemos comprender que a pesar de no estar en una de nuestras mejores épocas no podemos permitir que se lleven a cabo leyes y recortes que aún nos perjudiquen más. Debemos luchar por derechos que son básicos, erradicar y castigar las malas acciones –ya sean de políticos o de individuos de a pie- y remontar para favorecer el desarrollo social de todo un colectivo. Estamos ante una batalla en la que nuestro único objetivo debe ser la responsabilidad, la democracia y la justicia.